Las barbas de tu vecino
Por José Luis Muñoz , 12 abril, 2015
La debacle que se está produciendo en UPyD debería hacer reflexionar al PP, pero el partido en el gobierno no tiene capacidad de reflexión, o su actual cúpula lo impide, porque sabe que si empiezan a analizar, por ejemplo, su desastroso resultado en Andalucía y los previsibles malos resultados que obtendrán, a tenor de las encuestas, en las municipales y autonómicas, el tsunami se los llevará a todos.
La desaparición de UPyD del panorama político es preocupante. Todos los analistas coinciden en achacar la culpa al personalismo de Rosa Díez y a su reticencia a converger con Ciudadanos. Rosa Díez es un animal político, una correosa parlamentaria que siempre puso en un brete a Mariano Rajoy con su oratoria encendida, que actuaba contra él, muchas veces, con más contundencia que el jefe de la oposición, que lo abochornaba en público, por lo que cabe suponer que Mariano Rajoy debe de estar frotándose las manos en estos momentos. Pero que no se las frote, porque el verdadero rival en las próximas contiendas electorales va a ser Ciudadanos, crecido con los resultados de las elecciones andaluzas y que está recogiendo los restos del naufragio de UPyD, que se suben al caballo ganador, y al votante asqueado del PP.
El declive del PP es ya imparable y lo seguirá siendo al no ser capaz de hacer una mínima autocrítica a su nefasta gestión política y a la insoportable corrupción interna. Mariano Rajoy y su camarilla de afines deberían haberse sacrificado por el partido y haber presentado la dimisión al minuto de cero de haber estallado el caso Bárcenas que todo el mundo sabe que es el caso PP. Dimitir y dar paso a una nueva dirección en la que podrían estar algunos barones no manchados como Alberto Núñez Feijóo, José Antonio Monago o Arantza Quiroga. De hecho ha sido Núñez Feijoo el único dirigente popular que ha admitido que algunas cosas se están haciendo muy mal en el partido, algo que le honra ante tanto besamanos.
Lo que está pasando a UPyD le sucederá al PP si fracasa, como todos auguran, en las próximas elecciones municipales y autonómicas, si pierden Valencia y Madrid, sus plazas fuertes, algo que ya parece cantado. Ciudadanos lo está laminando, lo que resulta muy positivo para la salud democrática de este país que necesita una derecha civilizada y homologable con la europea. Los sucesivos fracasos electorales que se avecinan irán convirtiendo al PP en un partido residual y lo pueden llevar a su desaparición del espectro político en un proceso muy similar a la Democracia Cristiana italiana.
El PP parece haberse dado cuenta, quizá demasiado tarde, de que el enemigo no le viene por la izquierda, como pensaba en un principio, sino por la derecha. Ahora dirige sus cañones hacia Ciudadanos, cuando ha estado disparando sin tregua contra Podemos. La única arma que tiene contra la formación de Albert Rivera es la de su inexperiencia, pero la ciudadanía está harta de experiencia corrupta y anhela nuevos aires.
Comentarios recientes