Los «Cuerpos Especiales» de Europa FM se van a Elche a presentar lo nuevo de Alba Reche

La artista ilicitana, colaboradora del programa de Eva Soriano e Iggy Rubín, estrena “en casa” la conmovedora “No cambies tu andar”

Con un lleno a rebosar en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, el divertido programa matinal de Europa FM “Cuerpos Especiales”, presentado por Eva Soriano e Iggy Rubín ha realizado una edición especial del Morning show en la localidad alicantina para celebrar el 25 aniversario de la Universidad. Y se ha llevado para allá a una de sus colaboradoras estrella, la ilicitana Alba Reche, quien ha tenido así oportunidad de presentar en “su casa” y ante los suyos su nuevo y esperado tema: “No cambies tu andar”.

«La canción va sobre mi familia, sobre la ciudad donde me crie, un poquito de todo. Así que qué mejor que hacerlo aquí», explica Alba Reche sobre el tema que se escuchaba por primera vez en su versión de estudio, pero que ya interpretó durante su último concierto en Madrid.

Sobre el entrañable videoclip, en el que la artista cuenta con la participación de las mujeres de su familia y grandes amigas, y que se estrenó oficialmente horas después, Alba adelantó que estaba dirigido por su también amiga Martina Hache, y que ambas se juntaron para dar forma a la idea: «trajimos de Elche a toda mi familia. A las mujeres más importantes de mi vida para que formaran parte de este videoclip», comenta.

Entre los próximos compromisos de Alba, destaca su participación el 3 de junio en el Festival de les Arts que se celebra en la Ciudad de la Artes y las Ciencias de Valencia, donde compartirá cartel con artistas como Love of Lesbian, Lory Meyers, Sen Senra  o Delaporte, entre otros.

Se unieron a la fiesta los también alicantinos Varry Brava, quienes desvelaron a Eva e Iggy cómo ha sido su trayectoria en los últimos meses y que planes de futuro y novedades preparan para los próximos.

Además de los artistas invitados, en el programa participaron el rector de la UMH, Juan José Ruiz Martínez y el alcalde de Elche, Carlos González Serna, quienes “sufrieron” también las siempre ingeniosas preguntas de los dos presentadores de Cuerpos Especiales.

De madres y mujeres

Por Mariano Velasco

“Las madres no escriben, están escritas”. Me vino a la cabeza esta frase que había leído recientemente de Susan Rubin Suleiman, a propósito del papel de las mujeres en general y de las madres en particular en la literatura y en el arte, después de ver por vez primera el emocionante vídeo que acaba de estrenar Alba Reche sobre su nuevo tema, “No cambies tu andar”.

Tomada tal que así, la frase de Susan Rubin posee en su primera parte un marcado tono reivindicativo a propósito de las dificultades que atraviesa la mujer en el mundo artístico, como en tantos otros. Pero ofrece también una lectura muy positiva en su segundo predicado, eso de que las madres “están escritas”. Porque en el fondo de cada historia bien contada, aparezcan físicamente o no, ellas siempre acaban por estar ahí, formado parte, consciente o inconscientemente, de nosotros. Y esta es, la del nuevo vídeo de Alba Reche, además de una pura delicadeza, también una historia excelentemente contada que, seguramente, condensa ambos puntos de vista del enunciado de Susan Rubin: el reivindicativo y el afectivo.

Se trata de un trabajo rebosante de sensibilidad, exquisitamente dirigido por Martina Hache, en el que la artista ilicitana echa la mirada atrás dando especial protagonismo a las mujeres de su vida. Y que termina siendo una muy sincera declaración de intenciones, un reconocimiento del lugar de donde venimos y un reafirmarse en hacia dónde vamos: “mi madre me dice no cambies tu andar”, canta con aplomo y convicción Alba Reche.

En una época como esta en la que la industria del videoclip musical adolece en gran medida de los mismos defectos que la de la propia música, es decir, el consumo rápido que acaba suponiendo también una elaboración rápida y escasamente original, lo que viene siendo productos de usar y tirar, es muy de agradecer que este trabajo audiovisual apueste por colocar ante nuestros ojos aquello que es más cotidiano pero también más duradero: la intimidad del hogar, la familia, las amistades, el tiempo… Sí, porque hay tiempo también en esta historia, tiempo para mondar una mandarina, para mirarse al espejo, para jugar a las cartas con los tuyos, para disfrutar con las amigas, para enamorase con la mirada y para acariciar – qué delicadeza en el gesto, por favor- el cabello de una hermana.

Vale que para dar protagonismo a las mujeres también se podría haber optado – lo hacen infinidad de videoclips, demasiados tal vez – por poner a bailar a cinco pibones al ritmo de la música, que se puede hacer, que está muy bien y lo flipas, tampoco pasa nada. Pero da la puñetera casualidad que la cámara de Martina Hache prefiere detenerse en toda una suerte de detalles más sutiles, en aquellas pequeñas cosas que diría el maestro Serrat, llenando el metraje de abrazos, besos, caricias, tiernas miradas y sonrisas.

En esa búsqueda de una misma que imagino que bien puede ser este “No cambies tu andar”, una aventura existencial que Alba Reche ya empezó en sus anteriores “Los cuerpos” y “Pido tregua”, las figuras del hogar, de la familia, de las amistades, de la abuela, de la madre… conforman el bagaje que nos permite que cuando salimos por fin de casa a pasear, a cantar, a bailar o a volar, atravesemos puentes y lo hagamos con paso firme sintiéndonos seguros de nosotros mismos, yendo de frente y dándonos igual el qué dirán. Y encima, sonriendo.

Todo ello transmitiendo al mismo tiempo el poder de la sororidad, de compartir valores entre mujeres, algo muy de la Alba Reche que ya todos conocemos. Un mensaje que cala muy hondo desde la mágica y delicada voz de la ilicitana, y también, lo vemos ahora, desde la generosa cámara de Martina Hache. Porque como espectador, he de confesarlo, disfrutando del vídeo de “No cambies tu andar” a uno le entran verdaderas ganas de ser madre, abuela, hermana, prima, amiga, amante… En definitiva, de sentirse mujer. De dejar de escribir y empezar a estar escrita. Y que dé igual el qué dirán.