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Pequeños pasos hacia la conciliación ideal‏

Por Sandra Ferrer , 23 enero, 2014

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Toda mujer que sea madre y haya querido reincorporarse al trabajo sabrá lo complicado que es. Un auténtico juego de malabares de horarios, plannings, carreras y momentos desesperantes. Se ha llegado incluso a decir que la conciliación laboral y familiar es una auténtica falacia. Que no existe conciliación sino renuncia. Al margen del debate, que ya tendremos ocasión de seguir abordando, es cierto que existen algunas medidas que ayudan a paliar el choque de trenes que supone querer ser madre y no dejar de trabajar (fuera de casa).

A modo de resumen, actualmente las madres trabajadoras pueden acogerse a estos derechos:

Permiso de maternidad
A partir del día que una mujer da a luz tiene derecho a 16 semanas de permiso laboral retribuido. Este período se amplía hasta las 18 semanas si el parto es gemelar. Estas semanas no se reducen si la madre ha cogido alguna baja médica durante los nueve meses de embarazo. En este sentido también es importante recordar que las futuras madres tienen derecho a ausentarse del trabajo por visitas médicas o para realizar los cursos pre-parto.

A pesar de que de las semanas de permiso, 10 las puede disfrutar el padre, las 6 primeras las debe coger siempre la madre.

A las 16 semanas de permiso por maternidad se puede añadir el mes de vacaciones aunque corresponda al año anterior.

La hora de lactancia
Una vez incorporadas al trabajo, las madres tienen derecho a disfrutar durante nueve meses de una hora de su jornada laboral para ausentarse del trabajo y poder dar el pecho al bebé. Una hora que se puede fragmentar en dos medias horas y situarse en el momento del horario que mejor convenga a la madre.

Esta hora diaria se puede conmutar por un periodo completo de días extra de permiso. Es decir que, dependiendo de las horas semanales que la madre trabaje, puede disfrutar de entre dos a cuatro semanas más de permiso.

Reducción de jornada
Una vez finalizado el primer periodo de vida del niño, que, dependiendo de la acumulación de permiso no retribuido, vacaciones y hora de lactancia puede alargarse hasta los seis meses del bebé, la madre debe decidir si vuelve al trabajo y si lo hace a pleno rendimiento. Las que deciden volver al trabajo se pueden plantear la posibilidad de recudir su jornada de trabajo. El contrato no se ve alterado aunque sí el sueldo.

Excedencia sin sueldo
Las madres que, por el contrario, prefieren permanecer más tiempo en exclusiva con su hijo, tiene derecho a solicitar una excedencia sin sueldo de máximo tres años. El tiempo que la madre está de excedencia no cobra pero si se computa como cotizado a la Seguridad Social para futuras prestaciones.

A estas medidas se han unido últimamente algunas mejoras:

Respecto a la reducción de jornada que, hasta hace poco se podía coger hasta que el niño tuviera 8 años, actualmente se ha ampliado hasta los 12 gracias a la aprobación de un real decreto el pasado mes de diciembre.

Junto a los beneficios laborales, existen también ayudas económicas como la deducción anual de 1200 euros hasta que el niño tiene tres años que se puede liquidar mensualmente. En esta línea, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se comprometió a principios de este mes a incluir más beneficios fiscales para las madres trabajadoras en su próxima reforma fiscal.

Veremos a ver si, poco a poco, las medidas para la conciliación familiar y laboral llegan a pintar un cuadro satisfactorio para todas las partes.

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