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Tic-tac

Por José Luis Muñoz , 30 enero, 2015

Mañana Podemos escenificará el inicio de su campaña electoral, con la que aspira asaltar la Moncloa, que no el cielo, y lo hará llenando el lugar emblemático del que surgió el joven partido que lidera el galvanizador Pablo Iglesias: la Puerta del Sol madrileña, la zona cero de esa marea de la indignación que tomó las plazas de todo un país harto de las políticas de austericidio de los últimos gobiernos del bipartidismo, un movimiento ciudadano espontáneo que dio la vuelta al mundo y se convirtió en portada de los principales medios de comunicación de todo el mundo. Mañana Pablo Iglesias, Peter Pan, subirá al escenario y gráficamente, con ese tic-tac, le dirá a Mariano Rajoy, capitán Garfio, que su tiempo se ha acabado. Podemos aborda esta campaña electoral, que se prevé larga y cruenta y en la que se van a emplear todo tipo de armas de destrucción, utilizando un agresivo marketing y las redes sociales, sin efectuar grandes dispendios, sin tener que pedir ni un solo euro de crédito a la banca. La concentración será la escenificación del mensaje de la formación, el primer impulso hacia esa carrera que les lleva a La Moncloa.

La simpatía que esos chicos habían despertado entre algunos medios de la caverna ha desaparecido por completo en cuanto han visto que la formación de Pablo Iglesias se ha ido convirtiendo en un motor imparable que acelera el cambio social en nuestro país, y todos los medios de comunicación, sin excepción, han empezado a escrutar, uno a uno, el pasado, el presente y hasta el futuro de los líderes de Podemos para demostrar que son humanos, que son tan corruptos como la casta de la que ellos reniegan y cuyo repudio han convertido en lema electoral. De momento las descargas de fusilería dirigidas contra Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Carlos Monedero, el triunvirato más visible y mediático de la formación, han sido salvas de pólvora mientras a los dos ejes del bipartidismo el frente judicial les explota en las manos como bombas de racimo. En la medida que Alexis Tsipras lo haga medianamente bien en esa Grecia hundida en el abismo por el partido hermano del PP Nueva Democracia, y parece que con las primeras medidas y con su celeridad de gobierno todo apunta en esa dirección, las posibilidades de que Podemos gane las próximas elecciones generales se multiplicarán de forma exponencial.

Lo tiene muy crudo el PSOE con esa guerra sorda entre su secretario general Pedro Sánchez y la dirigente andaluza Susana Díaz, con el posicionamiento de buena parte del partido y de sus elementos históricos apostando por ésta última, para tener un buen resultado en las generales. Si las encuestas aciertan, un altísimo porcentaje de los votantes del socialismo histórico español, desengañados por su torpeza política en los últimos años y escandalosos casos de corrupción que lo ha salpicado, va a confiar en Podemos. Si el PSOE comete la inmensa insensatez de presentar como candidata a las elecciones generales a Susana Díaz, tan popular en Andalucía como impopular en el resto de España, el hundimiento del partido puede ser histórico.

El PP, en este tiempo que le queda hasta las elecciones, lo tiene aún mucho más complicado con un Luis Bárcenas en libertad y dicharachero al que, probablemente, se lo están rifando para que vaya a cantar a alguna de las cadenas de televisión todo lo que tiene guardado, entre otras cosas, esas grabaciones que, según todos los indicios, guarda a buen recaudo y con las que pueda dar la puntilla definitiva a los amigos que lo traicionaron y lo dejaron en la estacada, los colegas que le otorgaron esa indemnización multimillonaria en diferido y lo tachan ahora públicamente de delincuente y sinvergüenza. El día que Luis Bárcenas cuantifique los millones de euros de dinero negro que circularon por las arcas del PP durante los sucesivos reinados de los tres extesoreros imputados, el partido que dirige Mariano Rajoy habrá tocado fondo: su examigo no olvida la traición de los suyos y va a esgrimir su material sensible como la espada de Damocles. Que se sepa el contenido de esas conversaciones grabadas de la cúpula del PP poco antes de las generales puede tener efectos devastadores y significar el definitivo hundimiento del partido en el poder y que hasta los más fieles votantes, asqueados de la corrupción que ha circulado por las cañerías de Génova, se inclinen por Podemos, como dicen las encuestas, o más probablemente por Ciudadanos, un partido de centro que nace impoluto y con un marketing parecido a la formación de Pablo Iglesias.

2015 va a ser apasionante, un año extraordinario en noticias políticas y en luchas intestinas. Los tejemanejes de la clase política, las intrigas, los golpes de estado y la desconfianza carcomen los cascos de esos dos grandes partidos que se resisten a entregar el poder que durante tantos años detentaron creyéndose que iban a ser inmortales. Que aprendan de la Democracia Cristiana italiana, que desapareció, o del PASOK griego, a punto de hacerlo.

La cuenta atrás ya ha empezado. Tic-tac. Mañana la Puerta del Sol madrileña va a ser el escenario del inicio de esta larga y apasionante campaña, el pistoletazo de salida de una carrera que tiene que acabar en La Moncloa.