Alba Reche o la felicidad de estar triste
Por Mariano Velasco Escudero , 23 septiembre, 2022
La cantante se sacude la tristeza presentando en Madrid su nuevo trabajo, “Honestamente triste” arropada por familia y amistades
Alba Reche, en el Café Berlín
Se dice del otoño que es la estación de la melancolía, esa emoción que Víctor Hugo definía como “la felicidad de estar triste”. No sé si intencionadamente o no, Alba Reche ha hecho coincidir la llegada del otoño con la salida de su nuevo trabajo, un Ep titulado “Honestamente triste”, que presentó la noche del 22 de septiembre en el Café Berlín de Madrid arropada por familia y amistades. Y, si se me apura, también por Víctor Hugo.
Arriesga Alba con el título y arriesga con el formato, un vinilo de cinco canciones. Pero una vez escuchado de arriba a abajo el material, se comprende a la perfección su opción de asumir riesgos, porque a buen seguro que la ilicitana es consciente de que tiene una joya entre sus manos en forma de disco, como la tiene también en su garganta.
Alba Reche y al fondo, su hermana Marina
“Honestamente triste” es Alba Reche en estado puro. Ella misma ha comentado en más de una ocasión que no concibe la creación artística desligada de la persona, que al final la obra de arte ha de ser, inevitablemente, el reflejo de cómo el artista ve y siente la vida. Este disco es seguramente el más personal de cuantos Alba lleva publicados (los tres son magníficos), y no creo que me equivoque si digo que en cuanto se escucha, uno se da cuenta de que está concebido no solo para el disfrute de su público, que por supuesto, sino también para el de la propia creadora.
Rozalén con Alba Reche, durante la presentación de “Honestamente triste”
A buen seguro que a ella le habrá servido, si se me permite juguetear con el título – traviesillo que es uno – primero para reafirmarse y reivindicarse en su honestidad como artista y como persona, si es que esto le hacía falta, porque a pesar de su juventud es algo que viene demostrando desde que cambió el chupete por el micrófono; y segundo, y, sobre todo, para ayudarse a sí misma a superar los momentos de tristeza.
Quienes tuvimos la inmensa suerte de estar en la presentación del Ep en el Café Berlín de Madrid asistimos a una demostración en riguroso directo de cómo superar esos jodidos estados que a mucha gente hunden en la miseria de manera tal que no ves forma de salir de la mierda: se subió esta mujer resuelta al escenario para cantar los nuevos temas del “Honestamente triste” y cuando, como si llevara tatuada en su corazón la frase de Víctor Hugo, arremetió con ese melancólico y bellísimo “Como si no importara”, de repente en la recta final de la canción el tiempo se detuvo, la banda aceleró la preciosa melodía, porque es preciosa, la Reche se puso a chillar como loca (va a ser esta la segunda vez que la llamo, con todo el cariño del mundo, ¿eh?, la niña del exorcista) y se marcó un final apoteósico de la canción, puro rock’n roll.
Y en una demostración de fuerza, poderío, rabia y rebeldía, se encaró con ella, con la tristeza digo, y también junto a ella todos los presentes como si de un akelarre se tratara, y le gritamos bien fuerte ¡eh, tú!, que no puedes conmigo, que ahorita te voy a demostrar quién tiene más ovarios, ¡hija de la gran…!
Alba Reche y su banda
Como público y seguidor que soy de ella, de Alba, no de la tristeza, a Alba Reche yo le diría, te diría, que a mí tu “Honestamente triste” (y añadiría que toda tu obra) me provoca ese mismo efecto, que cuando en sus momentos más melancólicos tus canciones me amagan con arrastrarme hacia el llanto – una lloradita y a seguir, como tú bien dices – me recreo y me recreo en escucharlas y al final consigo, consigues, que no sé cómo coño lo haces, querida, que tu música me haga sentir inmensamente feliz.
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