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El terror del trabajador maduro

Por Javier Pérez , 19 marzo, 2014
Viene de echar un currículum...

Viene de echar un currículum…

Estamos en una época curiosa: se es joven hasta los 35 y se es viejo a partir de los 40. ¿Qué demonios pasa aquí?

Es algo que impresiona: con treinta y cinco años sigues siendo joven para algunas instituciones, pero demasiado viejo para las empresas. Además, cuando te quedas en paro a partir de cierta edad, ya empiezas a temer a los fantasmas del desempleo de larga duración porque sabes que las empresas no cogen a nadie a partir de los treinta y tantos.
¿Pero por qué?

-1- En primer lugar, porque los ejecutivos de algunas grandes empresas son muy jóvenes y temen que los empleados mayores que ellos cuestionen su autoridad. De hecho, según afirman a menudo los sociólogos y psicólogos de selección de personal, mucha gente se siente incómoda al recibir órdenes de personas de menor edad, y lo mismo le sucede al que da las órdenes, que se siente a menudo menospreciado pos los empleados más antiguos. Si el jefe es joven, los prefiere jóvenes.

-2- Por la impresión de que el empleado joven es más maleable, trae menos prejuicios y se adaptará con más facilidad y rapidez a la empresa. Esto puede ser cierto, pero supone un menosprecio intolerable a conceptos como experiencia y conocimientos adquiridos. Por triste que resulte pensarlo, a veces la idea real es que «para lo que en realidad tiene que saber, prefiero a uno que no sepa más de la cuenta». Tal cual lo escuché y tal cual lo cuento.

-3- Liderazgo. Los trabajadores de más edad suelen tener lo que en la sociología de empresa se llama el efecto voz, es decir, que tienen capacidad de liderazgo entre sus compañeros, especialmente a nivel informal. Esto se refleja en capacidad de aglutinar a la plantilla en caso de conflicto, con lo que la empresa prefiere mantenerlos lejos y sustituirlos por grupos juveniles a los que les cuesta mucho más encontrar un líder. Como ejemplo, recuerdo una empresa de programación en la que todos los analistas eran gente menor de treinta años, pero durante un conflicto con la empresa eligieron como representante al único programador que trabajaba aún en COBOL, o sea, un tipo de cincuenta y tantos años.

-4- Rigidez. La mayor edad es interpretada generalmente como mayor rigidez, tanto para los cambios como para aceptar órdenes que se consideran erróneas o contrarias a los intereses de los trabajadores o de la propia empresa. Cuando se quiso trocear una conocida empresa farmacéutica, los más jóvenes pidieron su liquidación y se fueron. Los de mayor edad se rebelaron y pusieron a los accionistas contra la gerencia.

En conclusión, las empresas no dicen toda la verdad cuando hablan de riesgo de bajas por salud o de obsolescencia en los conocimientos cuando se niegan a contrata a empleados de cierta edad. Algo de eso puede haber, por supuesto, pero la razones principales suelen ser otras.

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