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Esa también fui yo (quiero acordarme), entre las sonrisas y las lágrimas de Alba Reche
Por Mariano Velasco Escudero , 6 junio, 2022
Reportaje gráfico del Festival de les Arts (Valencia): Silvia Peydró @photopey_
Alba Reche en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_
Cuando hace unos días escribía la previa al Festival de les Arts de Valencia para esta misma web, ponía en negrita la increíble capacidad para conmover y emocionar que posee una de las artistas que han figurado en el cartel del festival y cuya obra conozco bien: Alba Reche. Pido perdón, porque me equivoqué. Entonces no tenía ni puta idea de lo que es la emoción. En cambio ahora, después de escuchar el último trabajo de la cantautora ilicitana, estrenado poco antes del concierto de Valencia e interpretado por primera vez en directo durante este Festival de les Arts…, ahora ya sé de qué estoy hablando.
Alba Reche junto a la guitarrista Laura Solla en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_)
Se trata de Esa también fui yo (quiero acordarme), un tema que no va a ser la canción del verano, ni falta que le hace. Hablamos de otra cosa, de un torpedo emocional que impacta en plena línea de flotación, de un claro ejemplo de artista que hace lo que realmente quiere hacer, aquello en lo que cree, y no lo que la industria trata de imponer. La propia Alba Reche nos lo presenta, haciendo sin duda un ejercicio de dulcificación, como si de un cuento se tratara, pero advirtiéndonos de que “habla de la obligatoriedad de hacerte sentir lo jodida que estás para poder pasar”. Siendo a todas luces su creación más íntima y personal, semejante desnudo emocional no debería sorprender a nadie, porque bien puede entenderse como la culminación de un camino ya empezado por Alba Reche desde que abandonó la academia de OT (qué digo, seguramente desde mucho antes) y que apunta directamente a las entrañas. A las del público que la escucha pero también a las de ella misma.
Alba Reche en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_)
Niña (“y que todo el daño que te hicieron pudiera remediarlo”), La Culpa (“la culpa es mía que no quise darme cuenta de que no sabes querer”), su más reciente No cambies tu andar (“no tengo tiempo de sentir lo que fui una vez”), pero sobre todo esta delicadeza que es Esa también fui yo («me costó mucho quererme aunque llevase la razón») marcan los puntos álgidos de ese camino hacia la introspección abordado por quien se define a sí misma como cantautora, con lo que ello tiene de lirismo, cualidad que esta bella canción rezuma por los cuatro costados. El ejercicio introspectivo de una persona que está intentando conocerse a sí misma, entenderse y finalmente aceptarse y perdonarse.
Alba Reche en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_)
A todo ello le suma esta artista aquello que la hace tan absolutamente distinta y especial: su conmovedora capacidad para verbalizar emociones, transmitirlas generosamente y lograr que sus experiencia personales, buenas, malas o regulares, acaben siendo compartidas y sentidas por todo su público como si de vivencias propias se tratara. En definitiva, su asombrosa habilidad para empatizar y para despertar empatía gracias a una voz única y a una absoluta entrega y compromiso interpretativos encima de los escenarios.
Alba Reche en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_)
El vídeo que acompaña a la canción, dirigido, como su anterior No cambies tu andar, por Martina Hache – qué sensibilidad posee la cámara de esta mujer y cómo se nota que conoce cada rincón del alma de la Reche – arranca como si de una sesión de psicólogo se tratara. A partir de ahí, la estructura del texto es impecable, un conmovedor diálogo consigo misma en el que lo narrado va in crescendo a la par que la emoción. Desde las dudas del principio entre el olvido y el recuerdo, entre perdonarse o no y entre sentimientos como el dolor, la vergüenza, la culpa… (¡la puñetera culpa!) hasta ese desgarrador “me forzaron a querer…”, que supone el estallido de la emoción contenida. Todo ello para terminar, valiente y honestamente, con la aceptación del pasado: sí, esa también fui yo. No resulta necesario contar más. El cuadro de “El grito”de Edvard Munch también nos transmite toda la angustia del mundo sin que nos haga falta saber con todo detalle de dónde procede. Porque es de arte de lo que estamos hablando.
Aún hay algo más muy especial en esta canción. Lo ha habido de una forma u otra desde el principio de la carrera de Alba (me acuerdo ahora de Quimera, su excelente primer disco, y de lo que este ser mitológico, híbrido e imaginativo, representa). Me refiero a esa dicotomía que tan bien refleja su propuesta artística, yo diría que también la personal, y que bien podría verse reflejada en esa melena bicolor que gusta lucir. “Ternura radical”, dice uno de sus tatuajes. El yin y el yang, tierna pero poderosa, complaciente pero asertiva, independiente pero familiar (tal vez siempre haya estado ahí, pero su familia va teniendo cada vez más peso en su obra), ángel pero también… dejémoslo en traviesa diablilla. Todas esas también son ella.
Alba Reche en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_)
Dicotomía que por supuesto aflora en el vídeo de Esa también fui yo (quiero acordarme) en el que, con unos arreglos musicales tan sencillos como apropiados para dejar lucir esa magia inexplicable que fluye de su garganta, vemos a una Alba Reche que se libera de sus traumas “entre pena y pena sonriendo”, como dirían los versos del también alicantino Miguel Hernández (algo dará la tierra). Antes de terminar, todavía un primer plano nos revelará que Alba Reche sonríe y llora, llora y sonríe, o incluso hace – esa sí que también es ella – ambas jodidas cosas a la vez.
Alba Reche junto a su hermana Marina Reche (coros), en el Festival de les Arts (Foto de Silvia Peydró @photopey_)
Mariano Velasco.
Licenciado en Filología y Master en Periodismo por la UAM/El País, posee larga experiencia en medios de comunicación, gabinetes de prensa y promoción turística y cultural. Su pasión por la escritura le lleva a tocar todos los palos, desde la política internacional hasta los viajes y la literatura. Escribe sobre teatro y música en CULTURAMAS, y últimamente le ha entrado también el gusanillo de la literatura infantil y ha publicado dos números de la Colección Deslenguados: “Don Gerundio en el Bosque de la Prosa” y "Don Gerundio y la montaña rusa del lenguaje" (Ed. Talentura). Actualmente trabaja en próximos números de la colección y anda metido en una novela, pero vete tú a saber... Su último proyecto es la creación de En plan noticias (https:///enplannoticias.com), un periódico online dirigido a jóvenes de entre 12 y 18 años que ofrece información de actualidad de forma amena, didáctica y divertida.
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